
24 maig Reflexiones de un autónomo confitado…
Reflexiones de un autónomo confitado (palabra utilizada por El Monaguillo). En primer lugar, lamentar todas las víctimas que este virus se ha llevado por delante, ha sido realmente devastador. Mucha gente joven, pero muchísima más gente mayor, los cuales con su trabajo, su lucha, su sufrimiento consiguieron muchos de los privilegios de los que hoy disfrutamos, Y también una mención especial a todos los sanitari@s, por cuidarnos, por ser nuestros héroes sin EPI´S, por trabajar sin descanso exponiendo su salud y la de los suyos por acabar con este virus maldito. Pese a todo, muchos de los que salían a aplaudiros a los balcones os criticarán el día que volváis a exigir vuestros derechos, y sinó tiempo al tiempo.
Pero por fin llegó el día, lunes 25 de mayo, el día en que pasamos a la esperada fase 1, 75 días, nada más y nada menos han pasado 75 días desde que se decretó el estado de Alarma. Voy a intentar reflejar lo que ha significado para mi este período de “confitamiento“, lo positivo pero también lo negativo. Y os voy a hacer spoiler del final del post, en mi caso y haciendo una valoración de todo ha sido muy positivo. Pese a eso, creo que merece la pena seguir leyendo.
Recuerdo que llevábamos tiempo oyendo en las noticias el tema de China, lo veíamos en la lejanía almenos yo, ¿quién iba a pensar lo que estábamos a punto de vivir? Esa semana del 9 de marzo arrancamos con la noticia que los colegios de Madrid interrumpían las clases y fue en ese momento cuando dije, ¡nosotros seremos los siguientes! El jueves 12 fue el último día de normalidad, almenos para mí. Por la tarde llevamos al niño a la extraescolar de inglés, y como ya sabíamos que al día siguiente todo se complicaría, quedamos los padres a tomar una Coca Cola, jamás imaginando que aquel sería el último día que nos veríamos en bastante tiempo. Y llegó el día, aquel fatídico sábado 14 de marzo de 2020 que nunca olvidaremos. No sabíamos exactamente que pasaría, pero ver al presidente anunciar el Estado de Alarma nos hizo intuir que algo gordo estaba por venir.
Ese lunes empezamos una semana que seria diferente. En casa, el peque no tenía cole y mii mujer, enfermera, seguía trabajando como hasta el momento. Yo rápido asumí la situación y lo primero que hice fue contactar con mis clientes, la mayoría a los que conozco desde hace tiempo, para ver en qué situación estaba su empresa. Por supuesto, los clientes de la hostelería fueron los primeros en caer, previsible. Los otros fueron cayendo, pero tomé una decisión al respecto, ¡era el momento de ayudarnos! Antes de saber si habrían ayudas o no, entendí que pasarían por momentos delicados y yo no podía ponerles un palo en la rueda. Así que decidí no pasarles la cuota de mantenimiento para intentar aliviar su situación. Y así fue, la verdad es que fue gratificante incluso emocionante descubrir la calidad de clientes que tengo. Era el momento de sumar, de estar juntos, y todos agradecieron aquel pequeño detalle por mi parte. MIL GRACIAS Toni, Domin, Oscar, David, Sergio, Antoni… (Si lees esto y ves tu nombre sabrás que va por ti, no hace falta nombrar tu empresa.).
Y ahora hablamos de casa. Imagino que al principio nos pasó como a todos, cada día era una nueva oportunidad de reinventarnos, de hacer actividades, de ver pelis, series, cocinar, bailar, reír… ¿Quien no ha hecho algún Challenge? ¿Quién no ha salido a aplaudir al balcón? ¿Quien no ha visto un LIVE de su cantante preferido? ¿Quién no ha comprado rollos de WC o harina? Parecía que llegaba el fin del mundo, ¡se acababa la harina!, se acababan los pasteles. Lo mejor ha sido que en casa hemos aprendido varias cosas, y una ha sido a saber ORGANIZARNOS. Entendimos que nos tocaba vivir una situación complicada, y que necesitábamos estar juntos y llevarlo de la mejor forma posible. De nada servía discutir, agobiarse, preocuparse por algo que al vecino le sucedía igual que a ti. Lo más importante fue hacer entender a un niño de 10 años la situación, y lo sorprendente ha sido descubrir que son seres capaces de entender y asumir cosas que yo de pequeño no hubiese entendido jamás. Nos reíamos juntos cuando le explicaba que yo, a su edad, ¡ME HUBIESE ESCAPADO DE CASA! Aunque también eran otros tiempos 🙂
Ha sido un momento de reencontrarnos, de reinventarnos, de intentar llevarlo lo mejor posible. Momento de hacer videollamadas con la familia, con los amigos, de aplaudir, de descubrir lugares de casa, de hablar y conocer a los vecinos, de seguir formándome… Pero sobretodo, un momento para confiar en el comercio local, ¡que importantes han sido los pequeños comercios de los pueblos!. En el mío, Sant Vicenç dels Horts, han dado un ejemplo de trabajo y dedicación hacia sus vecinos. Han trabajado sin descanso, nos han traído sus productos a nuestras casas sin cobrarnos, sin pedirnos nada a cambio, mientras las grandes superfícies aprovechaban para quitar la venta online y hacernos ir a contagiarnos a sus tiendas. A nosotros nos veían poco, pero menos que me van a ver.
Y siguiendo con nuestra historia, en casa hemos cumplido a rajatabla con el confinamiento. Hemos estado muchos días sin salir, sólo lo justo, y siempre con el miedo de que la enfermera de la casa no se contagiase, y sobretodo nuestros familiares cercanos que más riesgo tenían. Aunque hay que reconocer que al final, el ser humano se acaba acostumbrando a todo. Yo he descubierto rincones de mi casa que no conocía, como el balcón, ¡que gran descubrimiento! Es pequeño, pero sentarme cada día allí a leer, escuchar música o incluso tomar el sol me permitía sentirme más cerca de la realidad que estábamos viviendo. Recuerdo un día que tuve que salir a hacer la compra, nada a 100m de casa, y tener la sensación que algo grave había pasado. Me recordó a la serie WALKING DEAD, salir a la calle y ver la carretera vacía, todo desértico, cerrado, vacío… me sentía un delincuente con mi mascarilla y mi capucha, fue una sensación súper extraña.
Pero sin duda, mi gran descubrimiento de este confinamiento ha sido la COCINA, el que me siga en instagram lo habrá visto (y sinó puedes seguirme aquí). He encontrado en ella el lugar donde relajarme, donde desconectar, donde pensar en que comer o cenar y sobretodo en hacerlo de una forma saludable sabiendo la poca actividad que teníamos en casa. Podría deciros que he hecho cada día 3h de deporte pero no ha sido así, la verdad es que no me ha apetecido nada. Pero sigamos con la cocina. Hemos encontrado en la Thermomix nuestra gran aliada, nuestra fuente de inspiración. Ah, y también en los INSTAGRAM LIVE de chefs súper conocidos como Óscar Calleja y Elsa Gutiérrez del restaurante Annua, Jordi Cruz, David Diverxo, Victor Quintillà, Juan Pozuelo…. En las video recetas de estos concieros con estrella Michelín hemos aprovechado para hacer cosas diferentes, y valorar mucho más la cocina. Estábamos acostumbrados a pasar poco tiempo en casa, a que el niño se quedará (y se quedará el día que llegue la vuelta al cole) en el comedor, a comer y cenar los fines de semana fuera de casa, y la realidad es que teníamos muy descuidada nuestra faceta culinaria.
COCINA DE UN AUTÓNOMO CONFITADO (@ferranescuder)
Otro momentazo de este “confitamiento” fue la grabación del tema “FELIZ” de David Bustamante. Marc Quintillà tuvo la genial idea de adaptar la letra de canción al confinamiento y proponernos hacer un videoclip grabado desde casa. Fue sùper divertido y la verdad es que la difusión fue BRUTAL.
Y para finalizar esta reflexión, me quedo con un momento, el día que pregunté en mi instagram, a modo de estudio sociológico, con que palabra definirían o recordarían la gente que me sigue, dentro de unos años, lo que había ocurrido. La pregunta tuvo mucha repercusión y respuesta de todo tipo: dolor, tristeza, familia, RESISTIRÉ, pandemia, el Hormiguero, Pablo Motos, ERTE, ERTO, virus, política, China, murciélago, Simón, crisis, comida… Pero hubo una que me marcó, vino de una persona conocida y me dejó súper pensativo, su palabra fue “NECESARIO”… Y la verdad, después de escuchar la versión que me dió entendí que tenía toda la razón. Es súper doloroso porque se han ido muchísimos seres queridos, de los cuales seguro que muchos de ellos no era su momento, pero quizás era NECESARIA una bofetada de esta magnitud para que la gente nos paremos, analicemos, y decidamos si es correcto lo que estamos haciendo. El trabajo, el estrés, no disfrutar de los seres queridos, no disfrutar de los pequeños detalles, muchas cosas que nos perdemos y que por lo menos en mi caso he aprendido a valorar.
Resumiendo, de esta crisis he sacado cosas SÚPER POSITIVAS, yo creo que muchas más que negativas. He aprendido a encontrar espacios que desconocía en mi propia casa, a disfrutar de la familia, a pensar, a formarme, a discutir, a bailar, a reír, a desconectar, a escuchar. Muy importante, a tener rutinas, ha sido súper importante. Y como he comentado en muchas de las conversaciones que he tenido, creo que de esta crisis salgo mejor persona, seré una persona mucho más afable. Y si veis que no lo cumplo, hacérmelo saber 🙂
MOMENTOS DE MI “CONFITAMIENTO”
Quiero aprovechar este post para dar las GRACIAS a todos los que habéis formado parte de estos días: a la família, a los amigos, a la gente de instagram, la de facebook, a los de los mensajes de whatsapp, por las videollamadas, por el ZOOM, el MEAT, el SYPE… por las nuestras charlas filosóficas. Si tú eres uno de ellos/as, lo sabrás. Y en especial a mis HÉROES, las 2 personas con las que convivo, a Laura y Pau, GRACIAS por acompañarme estos 75 días….
No Comments